Mi corazón en tus manos. Prosa poética. Poemario.
En la lejanía distingo tu sombra,
y mientras acontece la noche,
escucho tu nombre, a solas;
Tu rostro en llamas ilumina la casa,
el lugar sagrado, el hogar [la desdicha]
donde juramos amarnos.
Y donde el tiempo consumió
la unión de nuestras manos.
El sendero que bifurca la noche,
nuestra noche [eterna]
se mueve, vibra, revive
muda de piel,
alimentado por los llantos amargos
de la posibilidad fingida.
Y como una serpiente,
silba sin armonía
con desaire amargo,
tratando de devorarse,
de anular el tiempo de un final.
Pronto la lluvia llega afanosa
y bajo su manto cristalino
se remueven las cenizas.
[de un adiós]
Apenado, encuentro mi corazón en tus manos
como una vela sin lumbre,
como un pasado siempre futuro.
Y en la ausencia de tu mirada,
la noche abre sus ojos, escrutándome,
distanciándome con preguntas sin respuesta,
en un lenguaje que creí entender.
Tu figura se nubla en mi memoria,
y como sombra, respira de noche,
delira de día,
pronunciando el nombre prohibido,
devolviéndome el candor
que creí haber olvidado.