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Interludio V

Interludio V

The Devil & The Universe (Cover). Interludio V
The Devil & The Universe (Cover)

Interludio V. Índice y notas.

No quería dejar pasar más el tiempo hasta un nuevo interludio. A veces he pensado que no debería forzar que éste apareciera alrededor de la fecha inicial del blog sino que debería dejarlo reposar hasta que la voluntad interior lo reclamara. Otras veces he pensado en distinguir entre un interludio dedicado exclusivamente a servir como resumen del año y otro tipo de entrada con algún título como Reflexión o Notas donde pudiera exponer algunas de estas inquietudes personales que van emergiendo. No obstante, cuando pasan los años, los días tienden a hacerse breves y no por falta de aburrimiento sino porque toda vida en cuanto se degrada o corrompe, parece buscar con mayor premura la muerte. Así pues, días atrás era percibido como un joven adulto desprovisto de esa supuesta experiencia que da la vida y el psicólogo que me analizaba me ladraba palabras banales como que no debería preocuparme de esas cosas en estos momentos de la vida, que sólo anticipaba cosas que no tenían por qué ocurrir o que ahora mismo lo único que debía hacer era disfrutar más de la vida (como si eso fuera posible). En cambio, en los días previos tras mi regreso, un servidor caminaba por la estación de tren y una chica joven se acercó a mí y llamándome señor, me preguntó si ese tren iba a tal ciudad. Entonces el psicólogo mediocre que permanecía en su sillón empollando dos huevos colosales, en mi memoria quedó transfigurado en una especie de diablillo que gritaba enérgicamente que ya era demasiado tarde pues el tiempo me había engullido por completo.

Decidí huir pues de aquel mazzikin y subir al último tren antes de su marcha. Ya no sé si soy honorable anciano o decrépito viejo. No ha sido hasta llegar a los treinta, cuando he podido huir de la experiencia, de ese falso halo de santidad que desprende su figura. En su peor versión, ésta es como un verdugo que te obliga a caminar mirando atrás, deambulando sin dejar atrás el infierno, convirtiendo el ruinoso pasado en un presente continuo y eterno. Y mientras resuelves los problemas que ya no están te rompes la crisma al tropezar con los nuevos, creyendo que el pasado siempre se repite de la misma manera. Decidí renunciar a aquel tormento y echar la vista al frente. Ese horizonte que años atrás se mostraba tenebroso ahora era la máxima expresión de la esperanza. Bajo sus nubes distingo muelles anegados de gloria y el aliento de férreos acorazados capaces de conectar el mundo de las sombras con los espíritus del firmamento. Esos cambios que ahora diviso vienen acompañados no sólo de un cambio anímico sino también de nuevos proyectos que tengo bajo la forma de borradores. Volví a publicar otra de mis historias bajo mi anterior pseudónimo. No eran historias nuevas sino un conjunto de historias encadenadas que llegaban a tener más quince partes alguna de ellas. Sentía que era algo que debía cerrar, al igual que mi viejo blog de arte. La publicación hoy en día no tiene ningún sentido económico salvo para aquellas figuras creadas por el propio mundo editorial. Recuerdo que hace años un personajillo freak me dijo que no me leía porque lo que hacía no era sino una reescritura de libros de terror antiguos. Qué más quisiera yo, que mis letras pudieran estar cercanas a la pluma de aquellos grandes hombres. Yo en cambio le contesté en mis adentros, ya que la conversación quedó interrumpida, que mejor era revisitar a góticos y románticos, actualizándolos con el simbolismo y la novela del siglo XX, que copiar y regurgitar best-sellers de los principios de los 90.

Estas semanas me he encontrado en uno de esos estados anómalos. La escritura de mi última aventura me dejó agotado físicamente pero no mentalmente. He estado imaginando mucho, por encima de mis posibilidades y sin embargo, estoy cansado. Las horas se me pasan volando y cuando quiero centrarme y descansar, la luna ya asoma por mi ventana. Me mudé temporalmente a aquel lugar donde estuve hace ya casi dos años y lo que es curioso es que siempre lo he hecho tras reencontrarme con algún amor perdido. No es un lugar cómodo ni viable a largo plazo, pero allí pude darme cuenta del tiempo que hacía que no veía un atardecer en condiciones. Yo ya no concibo el futuro si no es en un lugar apartado del mundo, cubierto de hierbas silvestres y animales nocturnos, un lugar desde el cual pueda vivir lo que me quede de vida dignamente, acompañado o solo, inclinado hacia una vida de contemplación, compasión y serenidad, siempre encaminado hacia el camino del espíritu a través de un camino marcado por la espiritualidad esotérica, el silencio pitagórico y el conocimiento. Pude así purificar mi viejo hogar, encontrarme con algunas almas de mi pasado y volver a soñar con ella. Seguiré escribiendo, aunque tenga que asumir que nunca podré vivir de ello y que sólo algunos viajeros errantes, quizá después de mi marcha, puedan disfrutar de mi trabajo. En estos días, algo trastocados por la emoción, despido este Interludio V como el fin de una primera parte del blog. Lo mejor está siempre por venir o esp espero. Como diría el Sir o Lord Derio: «se vienen cositas».

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